Inexplicable

Dándole vueltas al último contrato, aún le costaba asumir la realidad, tumbada en el sofá de aquel quinto sin ascensor, oscuro, pequeño y mal equipado. Por fin, había obtenido una relación laboral con una empresa que no se limitaba a un número concreto de días, semanas o meses. No. Esta vez había sellado el ansiado contrato indefinido. Una quimera. Sin embargo, tan lejos como se encontraba de su verdadera vocación, no era capaz de ilusionarse por su futuro, sabedora de que, a según qué personas, no les vale con ese acuerdo que tanto ata. Curiosamente no es el qué, sino el cómo y el cuánto.

Autor: Fran Leal

Comentarios

Entradas populares