Sacrificios en familia

Podrían confundirla con la de papá, por eso me tenía que adelantar. Sé que mi padre sería incapaz de atacar a aquel vendedor de cupones tan célebre en el barrio por su simpatía y por haber repartido varios pellizcos entre los vecinos. Pero esa gorra era roja, como la suya, con el mismo símbolo de marca deportiva bordado. Por más que busqué en casa, no la encontré. Por eso me entregué. He sido yo, me dio un rasca trucado el puto ciego, le dije al policía en el momento de la confesión, antes de que me bajaran a esta lúgubre sala. Haría cualquier cosa por ti.

Autor: Fran Leal


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