Altitudes peligrosas

Por si la volvíamos a ver volar, siempre teníamos preparada la cámara de video en la terraza, con su trípode y todo, al cobijo de una pequeña carpa que usábamos para guarecernos en el campo los bellos y soleados domingos de primavera. 624 días después, no habíamos vuelto a disfrutar de su paso fulgurante. Se trataba de un ejemplar de avioneta ULM precioso que había tenido a bien aparecer a la altura de nuestra quinta planta en pleno Paseo de la Castellana con su majestuoso vuelo. O le asusta la cámara, me dije, o aquella vez únicamente pasó lo que no tenía que haber pasado jamás. La espera continúa.

Autor: Fran Leal

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