Caín (José Saramago)

He de decir que siento una debilidad especial hacia las novelas del escritor portugués José Saramago. Y es que, el luso es capaz de llevar a cabo la más mordaz de las críticas, sea de lo que sea, con un saber estar y una ironía digna de encomio.

Tomar entre las manos una de sus obras es garantía de diversión y de buena literatura. En esta ocasión, en Caín, Saramago comienza contando a su manera cómo se dieron aquellos primeros momentos de la creación. Es decir, los primeros pasos de la humanidad, de la mano de Adán y Eva, sin olvidar las múltiples dudas y los imperdonables deslices que tuvieron, al menos a ojos de Dios.

De ahí, con una relación con el creador que dista de la línea oficial tanto en cantidad como en calidad, llega el momento de Caín, que se deshace de su hermano sin más miramientos, con lo que se gana a pulso un exilio que le llevará a protagonizar las escenas más célebres de las sagradas escrituras. Eso sí, en versión Saramago. Así, pasaremos por las tierras de Nod (con Lilith haciendo de las suyas), viviremos en primer plano la predisposición de Abraham para matar a su hijo Isaac por instrucción divina o asistiremos al castigo a los habitantes de Sodoma y Gomorra, entre otras muchas aventuras.

En definitiva, toda una odisea que nuestro antihéroe Caín irá recorriendo sin dejar de cuestionar en todo momento lo que se venía diciendo de ese Dios tan poderoso, siempre en diálogo y discusión con aquellos que se va encontrando por el camino. Una delicia, vaya.

Autor: Fran Leal