El Anticristo (Friedrich Nietzsche)

La duda sobre la existencia de Dios es algo que ha acompañado a los hombres desde el propio surgimiento de la religión. Sin embargo, la negación de Dios o, más concretamente, la afirmación de que Dios ha muerto es una de las señas de identidad del filósofo alemán Friedrich Nietzsche.

En El Anticristo vemos una defensa a ultranza de los postulados negacionistas de Nietzsche. Pero, lejos de limitarse a exponer su rechazo más enérgico, se tira de cabeza al barro para argumentar, sin ton ni son, y defender su posición. Además, más allá de la negación de la existencia de Dios y sus parabienes, apunta directamente a la Iglesia como actor desestabilizante y corrupto que acaba con lo bueno que para la humanidad pudiera tener el sentimiento religioso.

En opinión del filósofo, todos los sacrificios que exige la religión (sea la que sea) han perjudicado más a la vida que cualquier otra cosa. De hecho, la libertad y la sabiduría (y por ende el hombre libre y sabio) solo pueden existir lejos de la religión, que solo puede servirse de la razón enferma. Porque, por encima de todo, Nietzsche considera al ser religioso como un ser enfermo. Una enfermedad alentada por la institución eclesiástica que se vale del temor y la compasión (lo peor que existe) para inocular ese virus que amedrenta y debilita al hombre y al espíritu.

En resumidas cuentas, este ensayo no puede sino considerarse la apología del ateísmo con mayúsculas (de cualquier tipo de religión) que, además, señala directamente a la iglesia católica como uno de los grandes males de la humanidad. Muy contundente para algunos, pero insultante para otros. Así fue Nietzsche y así es El Anticristo.

Autor: Fran Leal

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