La naranja

No extrañéis, dulces amigos, que mi frente esté arrugada, pues últimamente ando sorprendido, subiendo las cejas más veces de las que quisiera.

Extraños tiempos en los que nada parece lógico y todo se vuelve caótico.

Como caótico es el camino que ha decidido emprender la naranja que ha saltado, desde mi bolsa de la compra, hasta las ruedas de un camión de reparto.

Y aunque nuestra amistad fue corta, vuelvo a casa con un sentimiento extraño, pues creo que no le saqué todo el jugo a nuestra relación.

Autor: Gerges

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