Menuda decepción

 EL RETIRO

Menuda decepción me llevé. Estaba muy ilusionada con aquel retiro donde iba a encontrarme a mí misma. Fin de semana idílico en las Alpujarras, una casa de campo preciosa, con un brasero en el jardín donde escuchar al coach de turno arrebujada en una manta y con una infusión calentita. Cuando llegué todo el mundo me miraba como un bicho raro y me iban dejando de lado mientras los demás se abrazaban efusivamente. Dejé mi maleta en el suelo y busqué el prospecto del retiro en el fondo del bolso. Me quise morir, rezaba: "Retiro de sexo tántrico para parejas”.

Autora: Libélula

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LA PIRA

Menuda decepción pensaba que se iba a llevar nuevamente al no ver su nombre, ni tampoco sus apellidos y su DNI, en el listado que hacía públicas las personas calificadas como ‘aptas’ en la prueba. Sin embargo, se acercó al tablón de anuncios de la biblioteca con la seguridad del fracaso como cosecha, cuando contra todo pronóstico vio allí su nombre, sus dos apellidos y su DNI, en la misma línea que leía impreso el adjetivo sinónimo de gloria. Tras cuatro intentos, había alcanzado su objetivo y, por fin, al llegar a casa prendió la pira con las leyes que tanto detestaba.

Autor: Fran Leal

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OTRO ENGAÑO TRAS LA PANTALLA

Menuda decepción la que me llevé cuando conocí a Gerardo. En Tinder parecía guapo; en persona, calvo. Que oye, todo el mundo tiene sus defectos, pero ¿y la sinceridad? ¿La honestidad? ¿La elegancia del despechado? Ponerte gorritos cuando estás en la nieve o fotos de tus ojazos azules no demuestran más que lo evidente; estás desesperado.

Como no soy mala persona, o eso creo, no expresé mi desilusión. Tuvimos una cita floja, hablando de temas banales y obviamente sin ningún tipo de acercamiento o atracción física. Pobre Gerardo. Protagonista de una de las peores citas de mi vida. Una cita terrible.

Autor: Sabela Senn Lozoya

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