Un manojo de nervios

Aquel atractivo e irresistible vendedor me llevó a la planta subterránea, donde tenían preparada una inconcebible exposición de colchones, canapés y bases tapizadas. Tres de los modelos me generaron dudas. Al fin y al cabo, un colchón nuevo es como un empleo a estrenar: uno no sabe por dónde puede salirle la jugada. El chico, que no ocultaba sus ganas de plegar, me dijo que me fuera tumbando encima de ellos para probarlos. Y así hice hasta que, preso del agotamiento, me quedé dormido. Es extraño, porque he despertado en mi casa. Pero me viene bien, que hoy es mi primer día en la librería.

AUTOR: FRAN LEAL

Comentarios

Entradas populares