Esa eterna duda

—Y tú, ¿qué haces para olvidar?

—¿Olvidar el qué?

—Supongo que olvidarme a mí, pero creo que mejor preguntaré cómo olvidar en general.

—No lo sé, es imposible saberlo. No se hace nada, más que esperar a que pase el tiempo. Es como si pusieras un vaso debajo de un grifo abierto, se llena de agua, y luego va saliendo la que estaba y va entrando otra, pero siempre está lleno. Y al final... Quién sabe, puede quedar algo del principio, o no. Esa es la gracia.

Autora: Sabela Senn Lozoya

Comentarios

  1. Qué chulo!! Relato sencillo pero que te deja pensando.... Me mola mucho. :-)

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  2. Buenísimo, Sabela. Estoy totalmente de acuerdo con Gerardo, a mí también me ha dejado pensando durante un buen rato después de haberlo leído. ¡Me encanta!

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