Esa eterna duda
—Y tú, ¿qué haces para olvidar?
—¿Olvidar el qué?
—Supongo que olvidarme a mí, pero creo que mejor preguntaré cómo olvidar en general.
—No lo sé, es imposible saberlo. No se hace nada, más que esperar a que pase el tiempo. Es como si pusieras un vaso debajo de un grifo abierto, se llena de agua, y luego va saliendo la que estaba y va entrando otra, pero siempre está lleno. Y al final... Quién sabe, puede quedar algo del principio, o no. Esa es la gracia.
Autora: Sabela Senn Lozoya
Gracias Fran 💙
ResponderEliminarA ti por colaborar en el blog :)
EliminarQué chulo!! Relato sencillo pero que te deja pensando.... Me mola mucho. :-)
ResponderEliminarBuenísimo, Sabela. Estoy totalmente de acuerdo con Gerardo, a mí también me ha dejado pensando durante un buen rato después de haberlo leído. ¡Me encanta!
ResponderEliminar